Nuestras mascotas forman parte de la familia. Quienes hemos convivido con un perro, un gato u otro animal sabemos que su bienestar es tan importante como el de cualquier ser querido. Sin embargo, a veces ocurren imprevistos: una caída, una intoxicación, una herida. Es ahí donde los primeros auxilios pueden marcar la diferencia.
Hoy en día, gracias a los servicios veterinarios a domicilio, podemos contar con atención especializada sin necesidad de trasladar al animal. Pero incluso con esa opción disponible, los primeros minutos ante una emergencia son cruciales. Por eso, conocer cómo actuar antes de que llegue la ayuda profesional puede salvar una vida.
Mantén la calma: tu mascota necesita que pienses con claridad
Lo primero y más importante es mantener la calma. Las mascotas son muy sensibles a nuestras emociones. Si notan que estás nervioso o que gritas, su estrés puede aumentar, lo que dificulta aún más la situación. Respira hondo, evalúa lo que está ocurriendo y actúa con firmeza y cuidado.
Ten presente que tú eres el punto de apoyo en ese momento. Tu voz tranquila y tus manos seguras pueden ayudarle a sentirse menos asustada o dolorida.
Arma un botiquín de primeros auxilios para tu mascota
Si aún no tienes uno, es el momento de prepararlo. Tener un botiquín específico para mascotas en casa puede ahorrarte segundos valiosos en una emergencia. Estos son algunos elementos básicos que debería incluir:
- Gasas estériles y vendas
- Tijeras de punta roma
- Guantes desechables
- Solución salina
- Termómetro digital
- Toalla o manta
- Pinzas
- Antiséptico (como clorhexidina diluida)
- Miel (en caso de hipoglucemia)
- Lista con teléfonos de emergencias veterinarias
Coloca el botiquín en un sitio accesible y asegúrate de que todas las personas en casa sepan dónde está.
Qué hacer en caso de herida o sangrado
Si tu mascota presenta una herida abierta o está sangrando, lo principal es detener la hemorragia. Usa una gasa estéril o una toalla limpia para ejercer presión directamente sobre la herida. No retires la gasa si se empapa de sangre: coloca otra encima. Si la sangre fluye con fuerza, puede tratarse de una arteria. En ese caso, intenta presionar con más firmeza y busca ayuda veterinaria urgente.
Nunca uses algodón, ya que las fibras pueden quedar en la herida. Y evita aplicar medicamentos humanos.
Qué hacer si tu mascota se atraganta
El atragantamiento es una situación alarmante y requiere rapidez. Si tu mascota tiene la boca abierta, tose o se agita desesperadamente, podría tener algo atascado en la garganta.
Intenta abrirle el hocico con suavidad (siempre cuidando de no ser mordido, incluso de forma accidental) y mira si puedes ver el objeto. Si es accesible, retíralo con mucho cuidado. Si no puedes verlo, no intentes introducir los dedos a ciegas.
En perros de tamaño mediano o grande, puedes aplicar una maniobra similar a la de Heimlich: colócalo de pie, abraza su abdomen por debajo de las costillas y presiona hacia arriba con fuerza. En gatos o perros pequeños, puedes dar golpecitos firmes entre los omóplatos mientras los sostienes con la cabeza hacia abajo.
En caso de envenenamiento: actúa rápido, pero con precaución
Muchos productos comunes, desde el chocolate hasta productos de limpieza, pueden intoxicar a una mascota. Si sospechas que ha ingerido algo tóxico, no provoques el vómito sin indicación profesional, ya que podrías empeorar la situación.
Toma nota del producto consumido, su cantidad aproximada y el tiempo que ha pasado desde la ingestión. Comunícate de inmediato con tu veterinario o con un centro especializado en toxicología animal. Mientras llega la ayuda, mantén al animal en un lugar tranquilo, sin ofrecerle agua ni comida.
Qué hacer si deja de respirar o no tiene pulso
Este es el escenario más crítico, pero aún hay cosas que puedes intentar.
- Comprueba la respiración: Observa si el pecho se mueve. Si no lo hace, acerca tu oído a su nariz para sentir el aliento.
- Comprueba el pulso: En los perros y gatos, se puede buscar en la parte interna del muslo, cerca de la ingle.
Si no respira, realiza respiración boca-hocico. Cierra su boca, sella sus labios y sopla con cuidado por su nariz cada 4-5 segundos. Observa si el pecho se infla. Si no hay pulso, puedes intentar compresiones torácicas (si sabes cómo realizarlas). La reanimación cardiopulmonar (RCP) en animales es una técnica delicada que conviene aprender con anticipación en cursos específicos.
Qué hacer ante convulsiones
Las convulsiones pueden asustar mucho, pero no intentes sujetar a tu mascota durante el episodio. En su lugar:
- Asegura que el entorno esté libre de objetos que puedan herirla.
- Apaga las luces fuertes y reduce el ruido.
- No pongas nada en su boca.
- Toma nota del tiempo que dura la convulsión.
Una vez que termine, mantén la calma. Habla con tu mascota con voz suave y déjala descansar. Contacta con tu veterinario de inmediato.
Qué hacer si tiene un golpe de calor
El golpe de calor es más común de lo que parece, especialmente en verano y en razas braquicéfalas (como bulldogs o pugs). Si notas jadeo excesivo, tambaleos, vómitos o debilidad:
- Llévalo a un lugar fresco.
- Ofrece agua en pequeñas cantidades.
- Humedece sus patas y abdomen con agua templada (nunca helada).
- Usa un ventilador si tienes uno cerca.
No lo cubras con toallas mojadas ni lo metas en agua fría bruscamente. La bajada rápida de temperatura puede ser contraproducente.
La importancia de los servicios veterinarios a domicilio en emergencias
En situaciones críticas, cada minuto cuenta. La posibilidad de contar con servicios veterinarios a domicilio no solo reduce el tiempo de espera, sino que evita el estrés que implica trasladar al animal herido o enfermo a una clínica. Además, permite que reciba atención en un entorno familiar, lo cual mejora su recuperación.
Contar con un profesional que llegue hasta tu hogar, con el equipo y los conocimientos necesarios, es una enorme ventaja. Pero aún así, el papel de quien acompaña a la mascota en esos primeros minutos es insustituible.
Cierre con corazón: estar preparados es un acto de amor
Conocer primeros auxilios no reemplaza la atención veterinaria, pero puede salvar vidas. Prepararte, informarte y actuar con empatía son señales del amor profundo que sentimos por nuestros compañeros de cuatro patas.
Quizás nunca tengas que utilizar estos conocimientos. Ojalá sea así. Pero si alguna vez ocurre una emergencia, sabrás qué hacer mientras llega el veterinario. Y eso, créeme, puede marcar toda la diferencia.