
Tener una mascota es una de las experiencias más enriquecedoras que existen. Perros, gatos y otros compañeros peludos no solo necesitan cariño y alimento; también requieren cuidados preventivos constantes para mantenerse sanos. Por suerte, con el apoyo de veterinarios a domicilio en Madrid y algunas revisiones básicas desde casa, podemos garantizar su bienestar durante todo el año.
Cuidar de la salud de nuestros animales no siempre implica desplazamientos estresantes a una clínica. Hay muchas acciones simples que podemos hacer en el entorno donde más seguros se sienten: su hogar. Aquí te compartimos cinco revisiones veterinarias que puedes realizar tú mismo, con apoyo profesional cuando sea necesario, para prevenir problemas mayores y asegurar su calidad de vida.
1. Revisión del pelaje y la piel
El pelo y la piel son indicadores directos de la salud general de una mascota. Observarlos con regularidad nos puede alertar sobre parásitos, infecciones, alergias o deficiencias nutricionales.
¿Qué puedes hacer en casa?
Pasa tus manos suavemente por su cuerpo, buscando bultos, costras, zonas sin pelo o áreas donde reaccione con dolor.
Observa si hay caspa, enrojecimiento o mal olor en alguna parte.
Cepíllalo al menos una vez por semana, no solo para mantener su pelo bonito, sino para revisar a fondo y generar un momento de conexión.
Si notas que se rasca en exceso, pierde pelo o tiene heridas que no cicatrizan, lo ideal es pedir una consulta. A veces una simple irritación se convierte en un problema mayor si no se trata a tiempo.
2. Control de oídos y ojos
Los oídos y ojos de nuestras mascotas suelen pasar desapercibidos hasta que algo va mal. Pero con una observación regular, se pueden evitar infecciones molestas.
¿Cómo revisar desde casa?
En los oídos, observa si hay exceso de cera, mal olor o secreciones oscuras. Evita introducir bastoncillos; solo revisa la parte externa.
En los ojos, asegúrate de que no estén rojos, llorosos o con lagañas abundantes. La mirada debe ser clara y activa.
Ciertas razas tienen predisposición a infecciones oculares y otitis. Por eso, es recomendable incluir esta revisión cada pocas semanas. Si ves que sacuden la cabeza con frecuencia o se rascan los oídos, mejor consultar antes de automedicar.
3. Dientes y encías: la salud que nadie ve
La salud dental en animales suele subestimarse. Sin embargo, más del 70% de los perros y gatos adultos tienen algún grado de enfermedad periodontal. Revisar sus bocas puede marcar una gran diferencia en su bienestar.
¿Qué puedes observar tú?
Revisa si las encías están rosadas o presentan enrojecimiento e inflamación.
Observa si hay mal aliento persistente (más allá del olor natural).
Comprueba que no haya acumulación de sarro visible ni dientes flojos o rotos.
Si tu mascota te lo permite, intenta acostumbrarle poco a poco al cepillado dental. Existen cepillos y pastas especiales para animales. Y si ya hay mucho sarro o molestias al comer, es momento de que un profesional actúe.
4. Peso y condición corporal
El sobrepeso en mascotas es un problema creciente. No solo afecta su movilidad, también puede derivar en enfermedades graves como diabetes o problemas cardíacos. Hacer un seguimiento de su peso y condición corporal puede ayudarte a actuar a tiempo.
¿Cómo hacerlo en casa?
- Pesa a tu mascota una vez al mes. Si es pequeño, puedes hacerlo con una báscula normal (pésate con y sin él).
Palpa sus costillas: deben sentirse fácilmente sin necesidad de apretar.
Observa su silueta desde arriba y de lado: debe tener una forma definida, no redondeada.
Recuerda que no se trata solo de estética. Mantener un peso saludable alarga su vida y previene dolores articulares. Si dudas de si está en su peso ideal, consulta con un profesional.
5. Cambios en el comportamiento o los hábitos
Esta es quizás la revisión más importante y menos “médica”. Nadie conoce mejor a tu mascota que tú. Los cambios de conducta son muchas veces los primeros avisos de que algo no va bien.
Señales de alerta que puedes notar:
Falta de apetito o sed excesiva.
Letargo o cambios en el nivel de energía.
Dormir demasiado o estar inquieto sin motivo.
Orinar en lugares extraños o hacer sus necesidades con dificultad.
A veces se trata de un problema físico, otras de un estado emocional. Los animales también sienten estrés, ansiedad o dolor de forma silenciosa. Llevar un pequeño diario de cambios puede ayudarte a identificar patrones y explicarlos al veterinario si es necesario.
Cuida con amor, observa con atención
Realizar estas revisiones en casa no sustituye las visitas veterinarias regulares, pero sí ayudan a detectar señales tempranas y a reducir los desplazamientos innecesarios. Además, fortalecen el vínculo entre tú y tu mascota, ya que le transmites seguridad y cuidado.
En los últimos años, cada vez más personas eligen servicios veterinarios a domicilio por la tranquilidad que ofrecen. Poder contar con alguien profesional que venga al hogar, que observe a la mascota en su entorno natural, y que explique con calma cualquier inquietud, marca la diferencia. Pero entre visita y visita, tu rol como observador diario es clave.
Cuidar de un animal es también aprender a leer su lenguaje silencioso, a prestarle atención sin palabras y a actuar con responsabilidad y cariño. Porque al final, lo que más quieren no es un juguete nuevo, sino tu presencia, tu tiempo y tu cuidado.



